El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha decidido no acelerar la decisión sobre si el expresidente Donald Trump goza de inmunidad por sus intentos de subvertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 y su participación en los eventos que llevaron al asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. Esta decisión se alinea con la petición de los abogados de Trump, interpretándose como un triunfo para su defensa.
La petición del fiscal especial Jack Smith buscaba saltarse el tribunal de apelaciones y llevar el caso directamente al Supremo para cumplir con los plazos del juicio en Washington. Sin embargo, tras el rechazo del Supremo a acelerar el proceso, parece poco probable que el juicio se lleve a cabo el 4 de marzo como estaba previsto.
A pesar de este revés temporal, el caso parece destinado a ser decidido por el Tribunal Supremo, aunque en un plazo más extenso, probablemente en las próximas semanas o meses. El argumento central del fiscal especial Smith se centraba en si un expresidente tiene una inmunidad absoluta contra el procesamiento por delitos cometidos mientras estaba en el cargo.
Por otro lado, la jueza federal Tanya S. Chutkan rechazó previamente la demanda de Trump de “inmunidad absoluta”, sosteniendo que la Constitución no respalda tal afirmación. Esto subraya que la inmunidad presidencial no es un salvoconducto de por vida para evitar procesamientos.
La decisión del Supremo ha sido utilizada por la campaña de Trump como una oportunidad para recaudar fondos, calificando el evento como “La Victoria del Supremo” y enfatizando la continua lucha en el Tribunal de Apelaciones. Este desarrollo se produce en un momento crucial, ya que Trump sigue siendo un candidato destacado en la carrera presidencial, liderando las encuestas frente a rivales como Nikki Haley y Ron DeSantis.
