En la Ciudad de Guatemala, se prevé un aumento significativo del tráfico vehicular. Para el año 2024, se estima que circularán aproximadamente 1 millón 200 mil vehículos, lo que representa un crecimiento del 6%. Este incremento se da en un contexto donde la infraestructura vial ha mostrado limitaciones para soportar tal volumen, exacerbando la congestión y los problemas asociados.
Un factor importante en este crecimiento es el uso creciente de motocicletas, observándose un incremento del 1.200% en los últimos años. Las motocicletas se han popularizado como una solución económica y ágil frente a los atascos, con un aumento anual del 10% al 15% en su número. Sin embargo, este aumento conlleva desafíos significativos en términos de seguridad vial y costos médicos. Los accidentes en motocicleta son la segunda causa de muerte y representan un importante costo para el sistema de salud, incluyendo tratamientos hospitalarios y rehabilitación.
La congestión vehicular no solo afecta la economía y la seguridad, sino también la calidad de vida de los ciudadanos. Las personas se ven obligadas a ajustar sus horarios y rutas, aumentando el tiempo y el gasto en combustible. Además, el estrés generado por la congestión vial tiene un impacto negativo en la salud mental, alterando los hábitos de sueño y alimentación, y afectando el desempeño laboral y académico, especialmente en niños.
Ante esta situación, se han propuesto varias soluciones. Una de ellas es la implementación de un transporte colectivo público eficiente, así como la utilización de carriles exclusivos para buses escolares y la promoción del teletrabajo. La Policía Municipal de Tránsito ha habilitado más de 27 carriles reversibles para mejorar la fluidez del tráfico.