El Congreso de la República de Guatemala fue escenario de un lamentable episodio de violencia e inmoralidad, protagonizado por Samuel Pérez, miembro destacado de la bancada Semilla. Este incidente, que tuvo lugar durante una sesión de la comisión calificadora presidida por el diputado Javier Hernández, destaca por la gravedad y el descontrol mostrado por Pérez y sus acompañantes.
Pérez, conocido por su postura política contundente, cruzó los límites de la decencia y el respeto parlamentario al irrumpir violentamente en la sala de la comisión. Su acción no solo interrumpió el desarrollo de la sesión, sino que también generó un ambiente de miedo y desconcierto entre los presentes. La agresividad manifestada por Pérez se materializó en la destrucción de la puerta del salón y en un lenguaje cargado de insultos y amenazas dirigidas a los diputados de la comisión.
Este comportamiento de Samuel Pérez es un claro reflejo de una actitud inmoral y carente de respeto por las instituciones democráticas y sus procesos. La violencia física y verbal empleada por él y su bancada no solo daña la imagen del Movimiento Semilla, sino que también pone en tela de juicio su compromiso con los principios democráticos y el respeto a la ley.
Los otros miembros de la comisión, incluyendo a Manuel Rivera de Victoria, Manuel Conde del PAN, Álvaro Arzú del partido Unionista y la diputada independiente Samanta Figueroa, fueron testigos de este deplorable acto, que ha generado una ola de críticas y condenas a nivel nacional. Este incidente subraya la urgente necesidad de reforzar los protocolos de seguridad en el Congreso y de garantizar un ambiente de respeto y civilidad en el debate político.
