El indulto concedido en Hungría a un implicado en abusos sexuales a niños provocó este viernes la renuncia del jefe de la Iglesia protestante, consejero de la presidenta del país que dimitió el sábado pasado, y sacó a la calle a miles de indignados ciudadanos.
Decenas de miles de personas protestaron por la noche en Budapest contra la decisión de indultar al exdirector adjunto de un hogar para niños, condenado en 2022 a más de tres años de prisión por encubrir las actividades pedófilas de su superior.
Antes de esta reunión, el obispo calvinista Zoltan Balog anunció su “retiro de la presidencia eclesiástica”, tras un sínodo extraordinario.
Es la tercera personalidad cercana al primer ministro ultraconservador Viktor Orban en dimitir en menos de una semana, en una crisis sin precedentes desde su regreso al poder en 2010.
El sábado pasado, la jefa de Estado Katalin Novak y la exministra de Justicia Judit Varga, cabeza de lista oficialsta a las elecciones del Parlamento Europeo de junio próximo, abandonaron con estruendo la vida pública.
Muchos manifestantes, convocados por influenciadores y personalidades de la cultura, afirman su coluntad de “denunciar el sistema Orban”.
“Los derechos democráticos han sido pisoteados como nunca” bajo el actual gobierno, subrayó a la AFP Risko Laszlo, de 50 años, empleado de una empresa de telecomunicaciones.
Otra participante declaró que “el gobierno debe dejar de creer que todo está permitido”, aunque confiesa no tener “muchas esperanzas de cambio”, ya que Orban asentó sólidamente su poder.
“Estoy muy contenta de que seamos tantos”, agregó Margit, maestra de 65 años que se negó a dar su apellido.