Se ha revelado a través de un video la utilización de un vehículo de Uber para el traslado de un reo, desde la Torre de Tribunales hasta el preventivo de la Zona 18. Este hecho ocurre en un contexto donde aún resuenan las repercusiones de un acto terrorista frente a Unaerc, evidenciando las deficiencias críticas del Sistema Penitenciario del país.
El uso de un servicio de transporte privado para el traslado de privados de libertad ha desatado una serie de cuestionamientos sobre la seguridad, la responsabilidad y la eficiencia del Sistema Penitenciario (SP). Este incidente ha sido capturado en video, mostrando cómo un agente del SP acompaña a un reo en su traslado en un Uber, una situación que, lejos de ser un acto aislado, refleja las profundas falencias estructurales y operativas del sistema.
La responsabilidad del traslado de reos recae tradicionalmente en el Ministerio de Gobernación y el propio Sistema Penitenciario, cuyos protocolos están diseñados para garantizar la seguridad y el control durante estos procedimientos. Sin embargo, la improvisación de utilizar un vehículo de transporte privado plantea serias interrogantes sobre la cadena de mando y la toma de decisiones dentro del SP, así como sobre la seguridad del público en general, del conductor del vehículo y del mismo reo.
Este evento no solo pone de manifiesto la creatividad forzada por las circunstancias ante la falta de recursos y medios adecuados para el transporte de reos, sino que también podría indicar un nivel de desesperación o negligencia por parte de las autoridades penitenciarias. El aspecto cómico de que el reo “probablemente hasta propina le dejó al piloto del Uber” se contrapone con la grave realidad de un sistema penitenciario colapsado.
