En una reciente conferencia de prensa, el diputado independiente Samuel Pérez anunció su decisión de declinar su candidatura como representante del Congreso ante la Junta Monetaria evidenciando la ruptura de la alianza oficialista y representando un revés para las aspiraciones de Pérez dentro del órgano legislativo.
La incapacidad de Pérez para asegurar los votos necesarios de otras bancadas para su elección demuestra las complejidades en las coaliciones en el Congreso de la República. A pesar de los esfuerzos realizados, incluyendo la paralización de las funciones legislativas para favorecer su candidatura, Pérez enfrentó la realidad de un apoyo insuficiente para avanzar.
La decisión de Pérez de retirarse de la contienda no solo refleja las dinámicas internas del Congreso sino también sus intentos previos de ocupar posiciones de liderazgo, incluyendo la presidencia de comisiones y del mismo Congreso. Aunque Pérez niega buscar protagonismo, sus acciones han sido vistas por algunos como una lucha por el poder legislativo, una percepción reforzada por intervenciones de la Corte de Constitucionalidad en ocasiones anteriores para corregir decisiones favorables a sus aspiraciones.
La retirada de Samuel Pérez subraya la compleja interacción entre ambiciones personales, dinámicas de partido y gobernabilidad en el Congreso guatemalteco. Aunque Pérez enmarca su decisión como un acto de madurez, esta situación revela las tensiones en el escenario político actual.