El presidente estadounidense, Joe Biden, no se amilanó este viernes ante los demócratas que le piden que tire la toalla y prevé retomar la campaña la próxima semana para combatir la visión “oscura” de su rival Donald Trump.
En las últimas horas se especulaba que este fin de semana Biden podría retirarse de la carrera por su reelección ante la creciente presión de su Partido Demócrata, preocupado por su capacidad física y mental para gobernar un segundo mandato.
Pero Biden, obstinado y optimista por naturaleza, parece haberlo descartado por el momento.
“Hay mucho en juego y la elección es clara. Juntos ganaremos”, escribió el presidente, de 81 años, en un comunicado desde su casa de la playa en Delaware (este), donde se ha autoaislado tras dar positivo por covid-19.
Sus síntomas “han mejorado significativamente”, informó su médico en la Casa Blanca, Kevin O’Connor.
Pese a su pésimo desempeño en un debate contra Trump en junio que ha desmoralizado a sus filas, Biden sigue al timón, convencido de que es la persona más cualificada para derrotar al republicano en las urnas, como hizo en 2020.
“La oscura visión de Donald Trump para el futuro no representa lo que somos como estadounidenses”, afirma en el comunicado, sobre el discurso que el magnate de 78 años pronunció para cerrar la convención republicana días después de sobrevivir a un intento de asesinato.
“Volveré a la campaña la próxima semana para seguir exponiendo la amenaza” del programa de Trump, insistió.
– “No se equivoquen” –
Y eso que otros siete congresistas demócratas de la Cámara de Representantes y un cuarto senador se unieron a la revuelta de su bando que le pide que deje el sitio a otro candidato.
Cuatro de ellos lo hicieron de forma conjunta en una carta en la que instan a Biden a “pasar el testigo”.
En total ya son una treintena, incluidos miembros de los grupos afroestadounidenses e hispanos que hasta ahora se habían mantenido al margen de la polémica.
Sin embargo este viernes el brazo político de los hispanos en el Congreso, BOLD PAC, respaldó la candidatura de Biden.
Esta administración “ha mostrado un compromiso inquebrantable con los latinos”, afirma su presidenta, Linda Sánchez, en un comunicado.
“No se equivoquen, los latinos en todo el país sufrirán las consecuencias de una segunda presidencia de Trump”, añade, sobre una comunidad que se decanta mayoritariamente por los demócratas pero en la que los republicanos han ganado terreno.
Varias encuestas recientes dan ganador al republicano, incluso en los estados bisagra (aquellos en los que los votantes eligen en función del candidato y otros factores y no del partido) que son esenciales para obtener la victoria.
Un donante clave, el inversor de Silicon Valley Michael Moritz, dijo que “tristemente el presidente Biden tiene que elegir: vanidad o virtud”, según el New York Times.
Citando fuentes anónimas, la prensa estadounidense afirma que Biden está elaborando un plan para una salida digna en los próximos días.
– El tiempo apremia –
Su equipo de campaña reaccionó este viernes reconociendo una erosión en el apoyo, pero insistió en que el octogenario sigue siendo el mejor candidato.
“Absolutamente el presidente está en esta carrera”, afirmó su jefa de campaña Jen O’Malley Dillon a la MSNBC.
Varios demócratas influyentes estiman por el contrario que el tiempo apremia.
La presión se disparó el jueves, cuando la prensa publicó que el expresidente Barack Obama, la exjefa de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi y los actuales líderes del partido en el Congreso expresaron su preocupación entre bastidores.
El líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, se mostró evasivo este viernes, diciendo que “es su decisión”, en declaraciones a la radio WNYC.
NBC News asegura que algunos familiares de Biden han “discutido” cómo podría renunciar pero aún no han tomado una decisión.
Se trataría de un “plan calculado cuidadosamente” para dar cierta dignidad a lo que sería una decisión históricamente tardía, a menos de cuatro meses para los comicios.
Cualquier decisión que tome debe evitar un caos en el Partido Demócrata en torno a su sucesor como candidato.
La favorita es la vicepresidenta Kamala Harris, pero la elección no es automática y podría tener que rivalizar con otros pesos pesados demócratas.
Entre tanto, Trump se dio un baño de multitudes en la convención republicana en la que, flanqueado por su familia, incluida su esposa Melania, contó el jueves cómo vivió el intento de asesinato y pidió el voto para aplicar su programa y su máxima “Haz que Estados Unidos sea grande otra vez”.