El Ejecutivo presentó al Congreso el proyecto de presupuesto más grande en la historia de Guatemala, con un total de Q148,526,047,690. Este presupuesto ha generado controversia por su similitud con los argumentos utilizados para justificar la reciente ampliación presupuestaria, y por las críticas provenientes de analistas y diputados sobre el alto endeudamiento que implica.
El presidente Bernardo Arévalo acompañado del ministro de finanzas, presentó el proyecto de presupuesto para el año 2025, que asciende a Q148,526,047,690, una cifra sin precedentes en la historia del país. Durante una conferencia de prensa, Arévalo destacó los rubros prioritarios del presupuesto, los cuales reflejan los mismos argumentos utilizados para justificar la reciente ampliación presupuestaria aprobada por el Congreso.
Este nuevo presupuesto ha generado una ola de críticas, especialmente debido a la postura contradictoria de la bancada Semilla. Durante su gestión como diputados, Arévalo y su bancada se opusieron firmemente a los proyectos de presupuesto presentados por el gobierno de Alejandro Giammattei, en particular al presupuesto del año 2021, que era de aproximadamente 99 mil millones de quetzales, el más alto en ese momento. La oposición de Semilla fue tan intensa que convocaron a organizaciones afines a protestar, resultando en la quema del Congreso y disturbios que exigían la derogación del presupuesto y la renuncia del presidente Giammattei.
Sin embargo, ahora con Arévalo en la presidencia, el proyecto de presupuesto presentado supera en casi 50 mil millones al que provocó la crisis de 2021. A pesar de esto, el diputado independiente Samuel Pérez ha minimizado la preocupación, calificando el aumento como algo “normal”, a pesar de que este presupuesto es el más alto en la historia de Guatemala.
El proyecto contempla ingresos tributarios por Q109,302 millones y aproximadamente 27 mil millones provenientes de la venta de bonos del tesoro y préstamos. No obstante, tanto analistas como diputados han expresado su preocupación por el hecho de que Q98,910 millones están destinados únicamente a cubrir gastos de funcionamiento, dejando poco margen para la inversión en sectores clave. Además, el elevado endeudamiento que representa este presupuesto es otro punto de preocupación, ya que Q51 mil millones se destinarán a obligaciones del Estado y Q19 mil millones al pago de la deuda pública.
Este enfoque contrasta con los argumentos que supuestamente justifican el aumento del presupuesto, el cual, según el Ejecutivo, estaría diseñado para beneficiar a la población. Entre los ministerios que recibirán las mayores asignaciones se encuentran el de Educación, con Q25 mil millones, y el de Salud Pública, con Q15 mil millones.
La contradicción es evidente si se considera que los integrantes del ahora suspendido Movimiento Semilla argumentaban en el pasado que un 40% del presupuesto estaba destinado a la corrupción, razón por la cual se oponían a su aumento. Sin embargo, hoy presentan un proyecto donde solo el gasto representa la totalidad del presupuesto de 2021 que provocó la quema del Congreso.