La Cámara de Diputados del Congreso argentino define este miércoles la validez del veto del presidente Javier Milei a una ley que asigna más fondos a las universidades públicas en un contexto de lucha estudiantil.
Para rechazar el veto presidencial son necesarios los votos de dos tercios de los diputados presentes en la Cámara Baja. En ese caso, la moción pasa al Senado, donde también se requiere la misma proporción de apoyos.
Si se mantiene el veto, la ley que establece -entre otras cosas- aumentos salariales para los docentes quedará invalidada y el Congreso no podrá volver a tratarla este año.
“Diputados, los estamos mirando” y “nuestro futuro no se veta”, decían algunos carteles que levantaban los estudiantes en una concentración frente al Congreso para presionar en favor de mantener la ley.
“La educación significa mucho para mí, significa igualdad de oportunidades y es importante hoy en día defender estas cosas, cuando hay tanto individualismo en la sociedad argentina”, dijo a la AFP Camila Flores, de 20 años y estudiante de psicología de la Universidad de Buenos Aires.
El gobierno adelantó que recurrirá a la justicia si el Congreso rechaza el veto presidencial, decretado bajo el argumento de que pone en jaque el equilibrio fiscal, pilar de su política.
Según el Congreso, la aplicación de la norma, aprobada por el Legislativo el 13 de septiembre, representa el 0,14% del PIB.
“El aumento a las universidades sería ceder a la vieja forma de hacer política, de ignorar la restricción del presupuesto”, dijo Milei este miércoles durante un discurso ante empresarios.
La universidad pública, cuna de cinco premios Nóbel, concentra el 80% de la matriculación superior en Argentina.
– Confrontación –
El veto crispó los ánimos de la sociedad, que se movilizó en marchas multitudinarias para apoyar a los universitarios y contra el ajuste que golpea también otras áreas sensibles como la salud pública.
“La sociedad ya decidió y marchó, le quiere poner límites al presidente”, dijo el diputado de la aliada Unión Cívica Radical (UCR), Facundo Manes, que votará contra el veto.
“No vamos a permitir que (el gobierno) ataque a la salud y la educación públicas, los valores que han permitido tener una clase media”, agregó.
El veto partió aguas entre los aliados políticos del gobierno, que carece de mayoría en las dos cámaras legislativas.
“Probablemente esta tarde ganen, pero en realidad pierden”, sostuvo el diputado Miguel Angel Pichetto, de la aliada Encuentro Federal durante la sesión. “¿Cuál es el programa que tienen? Una sociedad de destrucción masiva de lo poco que nos queda de bienestar”, dijo en un discurso crítico de las políticas del gobierno.
El expresidente Mauricio Macri (2015-2019), de la fuerza aliada PRO, manifestó en una carta pública el respaldo al veto.
Milei justifica el veto en la falta de rendición de cuentas de las universidades. “¿Si estuvieran limpios, cuál es el problema de que los auditen”, dijo este miércoles.
Sin embargo, incluso el PRO lo criticó por no haber conformado a las autoridades de la Auditoría General de la Nación, que son las encargadas de realizar tales auditorías.
– “Despertaron al gigante” –
El martes por la noche, el Ministerio de Capital Humano anunció un aumento de los salarios del 6,8% a docentes universitarios como un último intento conciliador.
Los sindicatos docentes lo rechazaron “por insuficiente” ya que la inflación interanual fue en agosto del 236%.
El presupuesto de 2025 enviado al Congreso propone destinar a las universidades el año próximo la mitad de lo que las universidades expresaron que necesitan para funcionar.
Decenas de estudiantes de universidades públicas están en vigilia o han tomado las facultades para presionar al Congreso para que rechace el veto presidencial.
“Despertaron al gigante dormido”, dijoa la AFP Ilana Yablonovsky, estudiante de Letras de 27 años.
“Le decimos a Milei que vamos a profundizar el plan de lucha, esto no es el fin, es el comienzo, vamos a radicalizar las acciones y a coordinar con todos los sectores”, agregó desde la tomada facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
El martes el gobierno eliminó un fondo que financiaba becas que reciben miles de estudiantes universitarios, atizando los ánimos cuando la pobreza creció 11 puntos en el primer semestre y es del 52,9% en el marco de una profunda recesión económica.
Esa beca, hoy, “son unos miserables 28.000 pesos mensuales (unos 27 dólares) que sirven para el transporte y fotocopias, muchos somos trabajadores precarizados”, dijo Yablonovsky.
Sindicatos docentes anunciaron que de quedar firme el veto lanzarán una huelga nacional en un contexto de mayor conflictividad, cuando el sector del transporte prepara también una huelga nacional el 30 de octubre.