El próximo sábado 30 de noviembre, a las 12:00 p.m., ciudadanos indignados se reunirán en el Parque Central de la Ciudad de Guatemala para expresar su rechazo al presupuesto aprobado por el presidente Bernardo Arévalo y los diputados del Congreso. Vestidos de negro como símbolo de luto, los manifestantes denunciarán la corrupción, la falta de transparencia y las prioridades del Presupuesto General de la Nación 2025, considerado inmoral por diversos sectores.
La protesta, convocada por organizaciones independientes, busca exigir una revisión profunda del presupuesto aprobado recientemente por el Congreso, el cual es el más elevado en la historia del país. La manifestación está programada para iniciar al mediodía frente al Parque Central, en la zona 1 de la capital, con la participación de ciudadanos que vestirán de negro como señal de duelo por lo que consideran una amenaza al futuro de Guatemala.
El líder de la convocatoria señaló que el presupuesto es una “falta de respeto a las necesidades de los guatemaltecos”. Entre los principales cuestionamientos al presupuesto se destacan:
- Asignaciones millonarias a ministerios con historial de corrupción: Varios de los ministerios con reputación cuestionable recibirán fondos significativos, mientras áreas esenciales como educación y salud permanecen subfinanciadas.
- Elevados salarios para altos funcionarios: Los recursos públicos se destinan a beneficios de la élite política, dejando de lado necesidades urgentes de la población.
- Falta de inversión en seguridad y desigualdad social: La violencia y la pobreza extrema no cuentan con los recursos suficientes para ser abordadas, perpetuando un modelo económico desigual.
Los organizadores han hecho un llamado a todos los sectores de la sociedad a unirse en esta manifestación pacífica. Además, la protesta incluirá un minuto de silencio, en señal de duelo por la situación actual de la nación, simbolizando la frustración y el dolor de los guatemaltecos ante un sistema político que consideran corrupto e insensible a las verdaderas necesidades del país.
La aprobación del presupuesto se realizó en un entorno de escasa discusión y falta de transparencia, lo que ha desatado críticas de diversos sectores. Muchos ciudadanos consideran que el nuevo presupuesto prioriza los intereses políticos de los legisladores y del Ejecutivo, mientras ignora problemáticas estructurales como la falta de oportunidades, la mala calidad educativa y la deficiencia en los servicios de salud.