Agexport expresó su postura frente al reciente aumento del salario mínimo decretado para 2024, uniéndose al llamado del CACIF y la Cámara de Industria Guatemalteca (CIG) de considerar criterios técnicos en estas decisiones. La entidad subraya la importancia de equilibrar mejoras salariales con la necesidad de mantener la competitividad y estabilidad económica, especialmente en un país con limitaciones estructurales que afectan al sector exportador.
El reciente aumento del salario mínimo, que establece un incremento del 10% para actividades agrícolas y no agrícolas, y del 6% para el sector exportador y de maquila, ha generado reacciones mixtas en el sector empresarial. Agexport, que representa a más de 4,000 empresas vinculadas a la exportación, alertó sobre los retos que enfrentan las pequeñas y medianas empresas (MiPymes) para implementar el ajuste.
La entidad señaló que más del 80% de las empresas exportadoras en el país son MiPymes, muchas de las cuales no cuentan con los beneficios fiscales del Decreto 29-89, que favorece a ciertas empresas bajo regímenes especiales. Esto significa que estas organizaciones deberán absorber el aumento salarial mayor, poniendo en riesgo su capacidad operativa y viabilidad.
Agexport enfatizó que Guatemala compite en desventaja frente a otros países debido a la infraestructura limitada y poco eficiente en puertos, aeropuertos y carreteras. Este contexto, sumado al aumento salarial, podría repercutir negativamente en las exportaciones, sector clave para la economía nacional.
La entidad destacó la necesidad de implementar políticas salariales basadas en análisis técnicos y económicos a largo plazo, con el objetivo de evitar efectos adversos en la formalidad y el empleo. Según Agexport, un equilibrio adecuado permitiría mejorar los ingresos de los trabajadores sin comprometer la estabilidad financiera de las empresas, especialmente en sectores estratégicos como el exportador.