Este viernes 28 de marzo, el presidente Bernardo Arévalo, acompañado del actual ministro de Comunicaciones, encabezó el acto simbólico de habilitación de los cinco carriles en el kilómetro 44 de la autopista Palín-Escuintla, tras nueve meses de inactividad gubernamental, tres ministros rotados y más de Q100 millones invertidos. La obra, que debió resolverse con urgencia, se convierte en la primera acción vial propia de su administración.
El agujero, provocado por fallas en la infraestructura a mediados de junio de 2024, paralizó parcialmente el tránsito en una de las autopistas más importantes del país. Durante meses, la vía funcionó únicamente con dos carriles, mientras las pérdidas económicas se acumulaban para el sector logístico, el transporte pesado y miles de automovilistas que dependen diariamente de esa ruta.
A pesar de la magnitud del problema, el Gobierno no intervino con recursos propios durante meses, y los únicos trabajos iniciales de mitigación fueron realizados por el sector privado, sin apoyo técnico ni financiero del Ministerio de Comunicaciones. La situación se mantuvo estancada hasta finales de 2024, cuando el Congreso aprobó una ampliación presupuestaria que habilitó los fondos necesarios, después de que el Ejecutivo intentara, sin éxito, declarar estado de calamidad para facilitar la adjudicación de recursos.
Los trabajos de reparación —que aún no han concluido en su totalidad— han superado los Q100 millones en costos directos, sin contar los millones en pérdidas económicas para el país, causadas por el colapso parcial de la vía durante meses.
En el acto de este viernes, el presidente Arévalo aseguró que su administración priorizará el mantenimiento de la red vial nacional, con el objetivo de evitar futuros colapsos. Sin embargo, sus declaraciones contrastan con los datos oficiales del Ministerio de Comunicaciones, que no adjudicó ningún proyecto de mantenimiento durante todo el 2024 y, en lo que va de 2025, sigue sin ejecutar obras en esa línea, debido a problemas administrativos internos.
Cabe destacar que esta reparación, impulsada tras fuerte presión mediática y social, representa la primera obra de infraestructura vial gestionada directamente por la administración de Arévalo, ya que las demás inauguraciones en las que ha participado corresponden a proyectos iniciados durante el gobierno de Alejandro Giammattei.