La tensión en el binomio presidencial continúa en aumento. Este viernes, la vicepresidenta Karin Herrera canceló todas sus actividades públicas, limitando su agenda a reuniones privadas y una única entrevista en el medio radial “La Red 106.1”, en medio de la controversia por la falta de reducción de su salario. La situación profundiza la división con el presidente Bernardo Arévalo y evidencia la creciente fractura dentro del Ejecutivo.
Este viernes, periodistas que cubren la fuente del Ejecutivo expresaron su malestar tras conocerse que la vicepresidenta Karin Herrera canceló su agenda pública, restringiendo el acceso a la prensa y limitando su participación en medios a una sola entrevista en la emisora “La Red 106.1”. La decisión fue confirmada por su equipo de comunicación, generando especulación sobre el evidente distanciamiento entre la vicemandataria y el presidente Bernardo Arévalo.
Durante la entrevista radial, Herrera habló por primera vez sobre la controversia salarial que ha generado críticas en redes sociales y sectores políticos. Afirmó que, aunque mantiene una comunicación constante con el presidente, le gustaría estar más involucrada en la gestión gubernamental, reconociendo que la exclusión es una práctica heredada de gobiernos anteriores. También confirmó que recientemente sostuvo una reunión con Arévalo para abordar temas políticos y económicos.
Ante la orden del presidente Arévalo de reducir sus gastos de representación, la vicepresidenta respondió en redes sociales publicando las cartas oficiales en las que consultó con el Ministerio de Finanzas y el departamento de Recursos Humanos de Vicepresidencia sobre la posibilidad de reducir su salario, sustentando que fue asesorada legalmente de que no era viable por ser un derecho adquirido.
Mientras tanto, diputados afines a la ex bancada Movimiento Semilla han demostrado mayor cercanía al mandatario, acompañándolo en actividades oficiales y permaneciendo en Casa Presidencial más tiempo que en el Congreso, evidenciando un vínculo más estrecho con el presidente que con su propia compañera de fórmula.
Este nuevo episodio de tensión se suma a una seguidilla de crisis dentro del Ejecutivo, incluyendo controversias recientes como el escándalo del “baby shower presidencial”, que puso en entredicho el uso de instalaciones públicas y protocolos en Casa Presidencial. La falta de cohesión interna mina la credibilidad del gobierno y complica aún más su estabilidad política.