Este sábado 29 de junio, un vehículo oficial con logotipos institucionales ocultos fue avistado realizando un recorrido turístico en el Auto Safari Chapín. El incidente ha generado controversia, especialmente a la luz de las estrictas directrices presidenciales sobre el uso de vehículos oficiales.
El vehículo en cuestión, identificado por su número de placa, pertenece a la Unidad Ejecutora de Conservación Vial (COVIAL), según un informe de auditoría interna. No obstante, documentos del 2021 indicaban que no se había completado el traspaso oficial del mismo en ese entonces.
Desde el inicio de este gobierno, se hizo gran algarabía prohibiendo con bombos y platillos el uso de vehículos oficiales durante fines de semana y feriados. Esta medida, anunciada para ganar seguidores, prometía un manejo más ético y responsable de los recursos públicos. Sin embargo, la realidad parece contradecir estas promesas: “hecha la ley, hecha la trampa”. Ahora, según denuncias, las instrucciones son realizar un “fraude” a esta prohibición cambiando las placas de oficiales a particulares, permitiendo el uso personal de los vehículos oficiales.
La controversia se intensifica al saber que los vehículos de COVIAL, que deberían estar supervisando la red vial, están siendo utilizados para actividades recreativas y paseos familiares. Este uso inapropiado no solo viola las directrices presidenciales, sino que también desvía recursos cruciales que deberían estar dedicados a mejorar y mantener la infraestructura vial del país.
El uso inapropiado de vehículos oficiales refleja un claro incumplimiento de las directrices presidenciales y subraya una problemática recurrente en la administración pública. Este incidente pone en evidencia la necesidad de una mayor supervisión y control sobre el uso de recursos estatales, asegurando que se destinen exclusivamente a los fines para los cuales fueron asignados.
