El primer ministro francés, el conservador Michel Barnier, propondrá este jueves la lista de sus ministros al presidente Emmanuel Macron, quien le encargó un “gobierno de unidad” para intentar lograr una mayoría estable en el Parlamento.
“El primer ministro acudirá a finales del día al [Palacio del] Elíseo para proponer al presidente un gobierno listo para actuar al servicio de los franceses”, anunció su oficina en un comunicado, tras una reunión de casi dos horas con sus aliados.
Pese a que la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP) ganó sin mayoría las elecciones legislativas anticipadas en junio, Macron designó el 5 de septiembre como primer ministro a Barnier, al entender que tenía más opciones de superar una moción de censura.
Tras el rechazo del NFP a apoyarlo, Barnier buscó formar gobierno con la alianza centroderechista de Macron y con su partido conservador Los Republicanos (LR), cuya supervivencia depende de que la ultraderecha no apoye una eventual moción de censura.
Gabriel Attal, ex primer ministro ‘macronista’, informó a sus diputados que el gobierno “paritario” de Barnier contaría con 16 ministros principales, diez de ellos de la alianza del presidente, tres de LR y uno de izquierda no-NFP, según un resumen de la reunión.
Las negociaciones son difíciles. Aunque Macron, cuyo mandato termina en 2027, asegura que no quiere intervenir en la composición del gobierno, se reunió varias veces con Barnier y un almuerzo el martes no fue bien, según las filtraciones.
Las tensiones se centrarían en el reparto de los ministerios entre los ‘macronistas’ y LR, partido otrora gobernante y actualmente en horas bajas. Los primeros cuentan con 166 de los 577 diputados, y los segundos con solo 47.
La alianza centroderechista del presidente también se opondría a una subida de impuestos para paliar “la muy grave situación fiscal”, en palabras de Barnier, en Francia, cuyo déficit y deuda públicos superan los límites fijados por las normas europeas.
En su comunicado, el jefe de gobierno indicó que sus objetivos son, entre otros, “garantizar la seguridad, controlar la inmigración”, “controlar las finanzas públicas y reducir la deuda ecológica”, así como “mejorar la vida de los franceses”.
Barnier indicó durante la reunión que no se plantea una “subida de impuestos a las clases medias y a los franceses que trabajan”, aclaró Attal a sus diputados.
El tiempo apremia. El gobierno ya se retrasó en la presentación al Parlamento de su proyecto de presupuestos para 2025, un momento clave para confirmar si reúne los apoyos necesarios entre los parlamentarios para poder gobernar.