En desarrollo: Una situación de creciente tensión sacude los cimientos del Palacio Nacional, tras trascender información de que la Ministra de Comunicaciones, Jazmín De la Vega, ha presentado su renuncia al cargo el lunes pasado, un movimiento que parece ser parte de una serie de deserciones al interior del gabinete del Presidente Bernardo Arévalo. Sin embargo, en un intento por estabilizar su equipo y posiblemente su gobierno, Arévalo ha optado por no aceptar la renuncia de De la Vega, marcando este evento como el más reciente capítulo de una crisis que parece profundizarse.
Este acto destaca una aparente fractura en la cohesión del equipo presidencial, con señales preocupantes de descontento y discordia entre sus miembros. La decisión de no aceptar la renuncia de De la Vega se interpreta como una medida desesperada del presidente para retener a sus ministros, en medio de crecientes rumores de inestabilidad y desafíos a su liderazgo. La situación plantea serias preguntas sobre la capacidad de Arévalo para mantener unido a su gabinete y, por extensión, para dirigir el país eficazmente en tiempos de incertidumbre.