La sesión legislativa en el Congreso de la República de Guatemala fue abruptamente concluida cuando la mayoría de los miembros de la junta directiva se ausentaron del tablero durante la votación para seleccionar al representante del Congreso ante la Junta Monetaria.
El proceso de elección para designar al nuevo representante titular y suplente del Congreso guatemalteco ante la Junta Monetaria se ha convertido en el epicentro de una feroz competencia política, evidenciando las profundas divisiones dentro del legislativo. Los candidatos en contienda —Samuel Pérez de la bancada independiente, Manuel Archila del bloque Cabal, y Luis Javier López de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE)— reflejan el amplio espectro político y los intereses en juego.
El incidente se desencadenó en un momento crítico, justo cuando se llevaba a cabo la votación, destacando una maniobra estratégica por parte de los integrantes de la junta directiva al desmarcarse, lo que llevó a la suspensión de la sesión. Esta acción ha sido interpretada como un esfuerzo por evitar la elección de un candidato que no contaba con el respaldo suficiente de la alianza oficialista, lo que podría haber cambiado el equilibrio de poder dentro de la Junta Monetaria.
La abrupta conclusión de la sesión no solo ha provocado indignación y críticas de diversos sectores de la sociedad guatemalteca, sino que también ha arrojado luz sobre las tácticas políticas que se emplean en el Congreso, donde las alianzas y los intereses partidistas a menudo prevalecen sobre el proceso democrático y la gobernabilidad efectiva.
