El Fenómeno El Niño, conocido por alterar significativamente los patrones climáticos, está impactando a Guatemala desde 2023 y se espera que persista hasta mayo de 2024. Esta situación plantea desafíos ambientales y socioeconómicos para el país.
El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología de Guatemala (Insivumeh) informó que El Niño, caracterizado por temperaturas más altas y patrones de lluvia irregulares, afectará a Guatemala principalmente de mayo a julio de 2023. El fenómeno presenta una probabilidad de ocurrencia de al menos el 80% durante el año hidrológico 2023-2024, resultando en una disminución de la lluvia y el escurrimiento superficial en cuencas hidrográficas.
Prensa Libre reporta que el Fenómeno El Niño podría persistir hasta mayo de 2024, lo que significa que Guatemala experimentará una disminución en las precipitaciones y un incremento en las temperaturas. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) también respalda esta proyección, esperando que El Niño dure al menos hasta abril de 2024, influyendo así en los patrones climáticos globales y regionales.
El Insivumeh ha detallado que los efectos de El Niño se fortalecerán gradualmente entre 2023 y 2024, impactando principalmente el hemisferio norte. Esto se alinea con el anuncio de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) sobre el fenómeno.
La OMM, en julio de 2023, confirmó el inicio de un episodio de El Niño, afectando a Guatemala y su sistema nacional interconectado. Este fenómeno es un claro indicador de cómo los eventos climáticos pueden tener repercusiones amplias y duraderas.
Guatemala enfrenta el desafío de adaptarse a las condiciones climáticas alteradas por el Fenómeno El Niño hasta 2024. Esto incluye prepararse para períodos de sequía, manejar recursos hídricos de manera eficiente y mitigar los efectos en la agricultura y la vida cotidiana.