Las políticas migratorias implementadas durante el mandato de Donald Trump continúan generando efectos en los empleadores que dependen de mano de obra extranjera. Estas medidas han creado barreras adicionales para las empresas, especialmente en sectores que requieren trabajadores especializados.
Durante la administración Trump, las políticas migratorias se endurecieron significativamente, afectando programas clave como las visas H-1B, H-2A y H-2B. Estas restricciones incluyeron:
- Incremento en las auditorías y revisiones: Las solicitudes de visas laborales pasaron por procesos más rigurosos, con un aumento en las tasas de rechazo.
- Reducción en el número de visas disponibles: Se establecieron límites más estrictos, dificultando que empleadores llenaran puestos vacantes en sectores críticos.
- Restricciones en la movilidad de los trabajadores extranjeros: Las reglas de “Buy American, Hire American” alentaron la contratación de trabajadores locales, limitando opciones para empleadores que dependen de talento extranjero.
Estas medidas afectaron especialmente a industrias como la tecnología, la agricultura y la construcción, que históricamente han dependido de trabajadores extranjeros para mantener su competitividad y productividad.
A pesar de los intentos de la actual administración por revertir algunas políticas, muchos cambios estructurales permanecen vigentes, dejando a los empleadores enfrentando incertidumbre y mayores costos administrativos.
