Un fuerte sistema tormentoso azotaba el martes parte de Estados Unidos, provocando tornados en el sur y dejando cientos de miles de personas sin suministro eléctrico, mientras los meteorólogos advertían de fuertes vientos y tormentas de nieve en el norte.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, desde el “oeste de las Carolinas hasta el Atlántico Medio y el Noreste” se preveían lluvias torrenciales que provocarían inundaciones repentinas, fuertes vientos con ráfagas de más de 80 km/h y tormentas eléctricas.
“No subestimen esta” alerta, advirtió el gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, en una entrevista con los medios locales, pronosticando que lo peor llegaría allí a última hora del martes y durante la noche.
Describió la tormenta como “inusual”, citando intensas lluvia en enero y fuertes vientos a lo largo de la costa.
Se pronosticaron tornados en el sureste del país, algunos de los cuales ya han azotado la península de Florida, donde las imágenes de drones mostraron árboles caídos y edificios dañados con los tejados arrancados.
Más de 380.000 clientes ya se habían quedado sin electricidad en Estados Unidos el martes por la tarde, principalmente en el sureste, según el portal web Poweroutage.us.
Las precipitaciones invernales también provocarían fuertes nevadas en partes del alto Medio Oeste y la región de los Grandes Lagos, según el servicio meteorológico.
El tiempo ya estaba teniendo un fuerte impacto en los vuelos, con más de 900 cancelados y 5.300 retrasados en Estados Unidos el martes, informó el sitio web de monitoreo FlightAware.com.
Algunas de las cancelaciones se debieron a la inmovilización en tierra de algunos aviones Boeing 737 MAX para su inspección, después de que un panel se desprendiera de un avión de Alaska Airlines en pleno vuelo el viernes.
Los científicos afirman que, a medida que la humanidad siga calentando el planeta mediante la quema de combustibles fósiles, los patrones meteorológicos serán más impredecibles. Esto significa tormentas más húmedas y potentes, junto con períodos más cálidos y secos que pondrán a prueba los recursos hídricos.