Ciudad de Guatemala, 18 de enero de 2024 – Tras el reciente levantamiento de sanciones impuestas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos a Mayaniquel, S.A., crecen las interrogantes sobre la influencia política de Estados Unidos en Guatemala, especialmente en relación con la administración del presidente Bernardo Arévalo y el ámbito minero.
La elección de Bernardo Arévalo como presidente de Guatemala, envuelta en controversias de fraude y cuestionamientos legales sobre la formación de su partido político Movimiento Semilla, ha sido objeto de análisis crítico. Se debate si el apoyo de Estados Unidos a su gobierno está relacionado con intereses estratégicos en el sector minero guatemalteco, particularmente en el níquel, un recurso vital para tecnologías avanzadas como los vehículos eléctricos.
Varios diputados guatemaltecos han denunciado presiones por parte de la embajada de Estados Unidos en la elección de la junta directiva del Congreso, liderada por Samuel Pérez, miembro del ahora suspendido partido Semilla. Esta intervención habría sido un factor determinante en la dinámica política del país. La Corte de Constitucionalidad de Guatemala recientemente ordenó la repetición de esta elección, excluyendo a los miembros de Semilla y a diputados independientes, lo que ha aumentado las especulaciones sobre la injerencia extranjera en asuntos internos guatemaltecos.
El levantamiento de sanciones a Mayaniquel, junto con reportes de la revista Newsweek sobre un aparente interés del gobierno estadounidense en facilitar la adquisición de la mina de níquel Fénix por parte de la empresa canadiense Central America Nickel Corporation (CAN), señala una posible agenda de Estados Unidos en asegurar recursos estratégicos. Este interés se ve potencialmente reforzado por el apoyo a políticas y figuras políticas que podrían favorecer sus objetivos económicos y estratégicos en la región.
Este panorama plantea serias preguntas sobre la soberanía nacional y la integridad democrática de Guatemala. La posible influencia de una potencia extranjera en las decisiones políticas y económicas del país no solo afecta la autonomía de sus instituciones, sino también la vida y derechos de las comunidades locales, especialmente los pueblos indígenas como los mayas Q’eqchi’, quienes han sido directamente impactados por la actividad minera.
La situación actual exige un análisis detallado y transparente de las relaciones entre Guatemala y Estados Unidos, especialmente en lo que respecta a la gestión de recursos naturales y la conducta política. La comunidad internacional y los ciudadanos guatemaltecos estarán atentos a cómo se desarrollan estos eventos y cuáles serán las consecuencias para el futuro del país.