El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, está en el centro de la controversia tras presentar una iniciativa de ley que podría llevar a la destitución de la fiscal general Consuelo Porras. La propuesta, apoyada por grupos de izquierda y comunidades indígenas, fue presentada en un contexto de tensión política, con Arévalo instando a los diputados a respaldar su proyecto a través de mensajes en redes sociales que algunos interpretan como coercitivos.
Durante una manifestación acompañada por organizaciones de izquierda y representantes indígenas, el presidente Arévalo llevó su propuesta de reforma al Congreso. La iniciativa busca modificar la ley orgánica del Ministerio Público para, según Arévalo, terminar con lo que él describe como el “oscuro ciclo” de la actual fiscal general.
Después de la marcha, Arévalo utilizó sus redes sociales para lanzar un mensaje directo a los diputados. En su publicación, el presidente clasifica a los legisladores en dos grupos: aquellos que están con el pueblo y la democracia, y aquellos que, al no apoyar la iniciativa, se alinearían con la corrupción y la impunidad. Esta declaración ha sido vista por críticos como un intento de coacción, pues sugiere que cualquier oposición a la ley equivale a un respaldo a la corrupción.
La controversia alrededor de la iniciativa de ley del presidente Arévalo refleja las tensiones políticas en Guatemala. Mientras algunos sectores apoyan la reforma como un paso necesario para la lucha contra la corrupción, otros ven en las acciones del presidente una presión indebida sobre el legislativo.