El Organismo Ejecutivo ha enviado al Congreso de la República una solicitud de ampliación presupuestaria de Q14,451 millones. Desde la toma de posesión del presidente Bernardo Arévalo, esta ampliación había sido anunciada. Sin embargo, la propuesta llega tarde y con errores, según varios legisladores.
Desde la transición presidencial y finalización de la segunda vuelta electoral, el equipo de Bernardo Arévalo había cabildeado en el Congreso para una ampliación inicial de aproximadamente Q3,000 millones. Sin embargo, la cifra definitiva solicitada es más de lo anticipado.
El presidente de la Comisión de Finanzas, Julio Héctor Estrada, ha expresado en múltiples ocasiones, incluso en el programa “El Show de Hoffman”, que la solicitud llega tarde. Estrada señala que el poco tiempo disponible para su análisis y ejecución es un gran inconveniente. Argumenta que el Ejecutivo podría haber realizado traslados presupuestarios para adaptar el presupuesto a sus planes y necesidades ministeriales, en lugar de pedir una ampliación.
Varios diputados también opinan que, en lugar de una ampliación presupuestaria, se debería haber enviado una readecuación del presupuesto. Esto habría permitido incluir en el presupuesto de 2025 un monto más amplio, basado en proyecciones de recaudación.
Nuestro análisis de la solicitud revela problemas significativos, incluyendo un error de suma en el documento. La ampliación solicitada es por Q14,451,700,391.00, pero la suma detallada de la distribución de fondos es Q14,471,700,391.00, una discrepancia de Q20 millones. Este error se debe a la omisión de los fondos destinados a la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia, lo que resalta la falta de análisis en la elaboración del documento y sugiere la posibilidad de otros errores.
La solicitud de ampliación presupuestaria del Ejecutivo enfrenta críticas por su llegada tardía y los errores contenidos en el documento. La diferencia de Q20 millones y la falta de especificidad en la asignación de fondos generan dudas sobre su aprobación. Además, el timing coincide con los primeros análisis para el presupuesto de 2025, lo que complica aún más su evaluación y posible implementación. Las autoridades deben abordar estos problemas para garantizar una gestión financiera transparente y efectiva.
