Debe insistirse que las decisiones políticas son relevantes para Guatemala y bueno, para cualquier país, pero es que Guatemala requiere de decisiones políticas de mediano plazo para consolidar su sistema económico; el momento es hoy, independiente de quien gobierne.
Los agentes económicos toman sus decisiones de manera rápida porque sus intereses son los de obtener mayores beneficios derivado de sus actividades económicas. Es el político partidista quien está llamado a ejercer liderazgo para pensar más allá de esos agentes económicos, en pensar en los niños sin salud y educación, de las madres en estado de gestación que requerirán servicios de atención hospitalaria pública y que no tendrán dinero para contratar un hospital privado, a personas de la tercera edad desprotegidos de los sistemas de salud y protección social, a los desempleados que tienen pocas posibilidades de encontrar fuentes de trabajo, a los estudiantes talentosos que tienen pocas posibilidades de emprender una investigación que potencialice su futuro para emprender exitosamente; en fin, la implementación de políticas públicas para conducir el desarrollo de los Guatemaltecos.
La economía guatemalteca tiene mucho potencial como para dirigir sus políticas de nearshoring, visualizando a Centroamérica como un espacio para el crecimiento. Con datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), se considera que del total de los US$361.3 mil millones producidos en Centroamérica en 2023, Guatemala produjo el 28.2% (derivado de un crecimiento promedio anual durante los últimos siete años de 5.6%), Costa Rica produjo el 23.9%, Panamá el 23.1%, Honduras el 9.7%, El Salvador 9.4%, Nicaragua 4.8% y Belice 0.9%.
Para lograr ese nivel de producción, los países movieron sus economías a ritmos que fueron de la siguiente manera: Honduras fue el país que más creció en los últimos siete año, al lograr 7.1%, Costa Rica lo hizo al 6.1% al igual que Guatemala, El Salvador y Belice crecieron al 5.3%, Panamá al 4.4% y Nicaragua al 4%.
Si se observa el comportamiento de la economía centroamericana medida en paridad de poder adquisitivo, de los US$ 744.5 mil millones producidos, el 27.0% lo produjo Guatemala, Panamá el 25.8%, Costa Rica el 19.2%, El Salvador 10.2%, Honduras 10.1%, Nicaragua 7.0% y Belice 0.7%.
Una economía respecto a otra tendrá un comportamiento favorable si su poder adquisitivo aumenta constantemente; en tal sentido, las economías que más han mejorado según datos del FMI son Nicaragua y Panamá, por cuanto el primero aumentó su proporción de producción en Dólares a términos de poder adquisitivo en 2.1%, mientras que Panamá lo hizo en 2.8%, mientras Guatemala disminuyó en 1.2%.
El ciudadano guatemalteco convive en el sistema económico de mayores proporciones en Centroamérica, pero que al no actuar el gobierno de turno, otras economías están creciendo y con posibilidades de superar a la de Guatemala. Claro, podrá ser dentro de más de 10 o 15 años, pero puede llegar a pasar si las fuerzas políticas no identifican ese problema para ser solucionado el día de hoy; además, fácilmente un sistema económico se desacredita, se contagia la mala reputación y cuesta sostenerla, lo que puede acelerar esas diferencias con los países vecinos.
La economía guatemalteca tiene condiciones para fortalecerse a través de dinamizar el mercado interno, pues con 19.5 millones de personas (36.1% de la población total de Centroamérica en 2023 según datos del FMI) según el Banco de Guatemala para 2023 el 98.9% provino del gasto de consumo final.
He ahí la oportunidad de expansión de la economía guatemalteca, no sólo por la capacidad de consumo, sino por la oportunidad de incremento a la inversión, especialmente la inversión pública. Debe superarse el 16.2% aportado en 2023 para fortalecer la infraestructura productiva, hacer más competitivos los mercados y lograr un nivel tal, que sea rentable la exportación de bienes y servicios a los países vecinos de Centroamérica.
Las políticas públicas que ya están formuladas, pueden ser alineadas a ese objetivo general; sin embargo, sin más palabras, la inversión pública está esperando que supere el 1.7% realizado en 2023. Para ello están las opciones de financiamiento proveniente de los impuestos, que sería lo más sano; sin embargo, se puede orientar exclusivamente a inversión el financiamiento generado por la emisión de bonos del tesoro, que para este año se tiene una autorización de Q12.7 mil millones; es decir, podría casi duplicarse la inversión realizada en la economía el año pasado. Pero adicionalmente están las opciones de las alianzas público privadas que permitan ampliar la capacidad productiva del mercado guatemalteco.
Los agentes económicos en general y especialmente las micro y medianas empresas, están esperando que sus costos de operación se reduzcan, que sus márgenes de ganancia aumenten para emprender y solucionar en parte la falta de empleo. Los guatemaltecos quieren trabajar, solo quieren la oportunidad de disponer de mejores condiciones para emprender. El gobierno de turno es el llamado a pensar en ellos.