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No todo es lo que Parece: La Reingeniería Social y sus efectos sobre nuestra sociedad

Quizás algunos de ustedes hayan escuchado sobre este concepto en los últimos 4 años, desde que comenzó a ser utilizado ampliamente en el mundo para describir lo que se cree que es una de las principales estrategias del globalismo. La Reingeniería Social, en el contexto de cambio social, se refiere a los esfuerzos deliberados para influir y moldear las actitudes, los comportamientos, e incluso los principios y valores de un grupo de personas.

En el contexto del enfoque que se le dará a este concepto en el presente artículo, la Reingeniería Social se utiliza cuando una entidad o persona pretende modificar la mentalidad de un grupo poblacional (como pudiera ser la población estudiantil de una universidad, un determinado estrato demográfico en una región o incluso a la ciudadanía de un país completo), para promover cambios en sus principios éticos, valores morales o incluso la manera como ven un comportamiento particular de un subgrupo dentro de su mismo colectivo.

Guatemala no es extraña a estos procesos, que se han dado a lo largo de su historia, registrados desde la conquista española, cuando se les cambiaron a los pueblos originarios sus costumbres, sus creencias, su religión, y hasta su forma de gobierno. Este es quizás uno de los ejemplos más claros de esta reingeniería social, la cual fue realizada mediante el uso de la fuerza, la violencia y la coerción.

Sin embargo, en la actualidad, aunque la reingeniería se realiza sin ejercer violencia, se está realizando quizás así de radicalmente. Mas no es un proceso aislado que solo sucede en Guatemala. Está sucediendo en todo el mundo occidental, siendo Guatemala nada más uno de los satélites de este grupo de países pero que está enfrentando los cambios directamente.

Son varias las estrategias políticas que utilizan la reingeniería social como herramienta dentro de su arsenal. Una de ellas, y quizás la más obvia, es el populismo.

Los grupos políticos que pretenden acceder al poder mediante el populismo pueden ser de cualquier corriente ideológica. Pueden ser grupos de izquierdas o de derechas, pero en su gran mayoría son grupos que no respetan la democracia y que buscan desmantelar la estructura de pesos y contrapesos que integran una república. Son personas que no aceptan que el organismo ejecutivo es solo uno de los tres poderes del Estado y que no tienen control sobre el legislativo ni sobre el judicial por razones de peso, porque como dice el dicho: “Si el poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente”.

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El populismo utiliza la reingeniería social frecuentemente para generar polarización. Esto es porque en esta estrategia política siempre debe haber un enemigo externo que, al supuestamente amenazar al grupo social en el que se enfocan los populistas, los cohesiona bajo la “protección” del populista. Son esos casos donde se recurre a la criminalización de los rivales políticos y donde el mundo que los rodea es siempre corrupto, caótico y fallido. A veces, las diferencias entre las corrientes políticas no son lo suficientemente significativas para provocar este efecto, por lo que los populistas recurren a la reingeniería social para crear mayores separaciones entre los grupos.

Un caso paradigmático sucedió en Ruanda. Los colonizadores europeos decidieron que era necesaria una reingeniería social que estableciera divisionismo entre la población, bajo la premisa de que, si la unión hace la fuerza, la división la elimina. Su estrategia fue dividir a la población en dos grandes grupos, los Hutus y los Tutsis. No había ninguna razón demográfica ni sociológica significativa para asignar esta clasificación; de hecho, fueron nombrados tutsis los que se dedicaban a la ganadería y los hutus eran los agricultores al colmo que si una familia cambiaba de actividad, se le cambiaba la clasificación “étnica”. Sin embargo, se convenció a la población que unos pertenecían a un grupo y los otros al otro. Incluso hubo casos de hermanos que fueron separados entre ambos grupos. Pasaron los años y la polarización fue tal que ambos grupos se enfrascaron en una guerra fratricida que dejó más de 900,000 muertos en 100 días de enfrentamiento en 1994.

Otro grupo que utiliza la reingeniería social es el globalista. Sin embargo, en el caso de los globalistas, la estrategia que utilizan es otra. Ellos no pretenden establecer un gobierno local en los países donde buscan establecer su influencia. Su objetivo básicamente el opuesto, borrar los poderes locales para que ellos les puedan brindar a los países su sombrilla de reglas e influencia para así posicionarlos de acuerdo a cuál será el rol que cada uno de ellos deberán desempeñar en el modelo global que se les pretende imponer. Es decir, si el país subyugado lo ven como abastecedor de insumos minerales (minero), su población no se debe resistir a ello, ni desear nada diferente para sí mismos, deben estar satisfechos con el hecho que son y serán mineros. Asimismo para los agricultores, etc.

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Cuando los globalistas se enfrentan a un país como Guatemala, donde las normas conservadoras rigen los comportamientos sociales, este set de normas sirven como un marco de protección a la democracia. ¿Por qué funcionan así? Porque estas normas no son establecidas por un grupo de personas ni por un gobierno, son establecidas por una sociedad que por muchos años se ha comportado de una cierta manera, hasta lograr que esos comportamientos típicos y esperables se convirtieran en tradiciones y luego éstas en normas que establecen “como deben hacerse las cosas”.

Para los globalistas, estas normas se convierten en blancos necesarios de ataque ya que saben que las mismas son fundamentales para mantener la salud de la democracia dentro de una república. Sin embargo, también saben que, por la misma naturaleza tácita y no explícita de las mismas, resulta fácil cuestionarlas y dejar de cumplirlas. Incluso, resulta que el hecho de dejar de cumplirlas los presenta a ellos como líderes diferentes y “modernos”, mientras que les permite socavar los límites que restringen el poder.

Dentro del nebuloso concepto del globalismo, resaltan algunas organizaciones específicas que ejercen más abiertamente la función de la reingeniería social. La Open Society Foundation, es una de ellas. La NED (Fundación Nacional para la Democracia de EUA) es otra, aunque varias otras entidades privadas y organizaciones internacionales afines al globalismo también ejercen la función desde la oscuridad.

Pero ¿qué ganan los globalistas con debilitar las estructuras nacionales independientes y borrar la autodeterminación de los pueblos? Por qué quieren quitarles la capacidad de definir qué es el bienestar propio de cada nación en contrapartida al bien de los bloques económicos, que no se preocupan por ellos más allá de qué pueden obtener de ellos?

Quizás la respuesta esté en la conformación de los gigantescos consorcios corporativos que están tomando el rol de “supragobierno global”. Estas megacorporaciones como Black Rock, Vanguard y Statestreet en la actualidad son accionistas mayoritarias de una gran mayoría de empresas en el ámbito bancario, informático, de alimentos, y demás. Son grandes accionistas de empresas como Microsoft, Apple, Coca Cola, PepsiCo, Bank of America, JP Morgan, McDonald´s, Ferrari y otras muchas. Se calcula que, entre ellas, manejan más del 80% de la riqueza del mundo occidental.

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Estos consorcios pretenden establecer cadenas de abastecimiento transnacionales y no quieren encontrarse con resistencia local de gobiernos que, buscando maximizar el valor generado para sus propios ciudadanos, les estorben. Entonces, muy sencillamente, lo que hacen es debilitar al máximo a los gobiernos locales. El problema fundamental de estas acciones es que los ciudadanos de los países establecen un contrato social con sus dirigentes políticos para que éstos gobiernen, pero estas megacorporaciones terminan por subyugar a los gobernantes y terminan gobernando a través de ellos sin tener la legitimidad para hacerlo.

Para lograr estos objetivos, los globalistas utilizan intermediarios especializados como la Open Society y NED. Estos expertos utilizan diversos métodos, entre los que se cuentan el uso de ONG´s, la contratación de comunicadores y periodistas, así como la afiliación de organizaciones civiles que buscan influir en los procesos de reingeniería social para lograr la neutralización de las normas sociales, con el fin último de reducir el poder nacional a cambio de la participación en los objetivos de los globalistas.

Ejemplos de procesos como los anteriormente descritos se encuentran en el mundo entero. La crisis del Euromaidan de Ucrania en 2014, cuando se logró la reingeniería social sobre la población ucraniana que los hizo dejar de reconocer sus lazos culturales con Rusia y buscar la anexión con Europa, lo que provocó una revolución con la que se defenestró al gobierno a favor de un gobernante pro-occidental.

Otro caso emblemático de la reingeniería social fue el Golpe Catalán de 2017, donde se promovió la independencia de Cataluña. Dentro de los resultados de ese movimiento, se provocó la salida de muchas empresas europeas que operaban en esa comunidad autónoma hacia otras comunidades autónomas, así como hacia países más convenientes para las entidades que la provocaron.

En el caso de Guatemala, lo que esta reingeniería social pretende es la destrucción de los valores familiares, pérdida de respeto entre las diversas comunidades y etnias, así como la polarización extrema entre clases sociales y géneros. Las preguntas obligatorias son: ¿Con qué propósito? Y ¿Es conveniente para la independencia de nuestro país permitir que suceda?

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