Israel mató este miércoles en Líbano a un jefe militar de Fatah, un movimiento rival de Hamás, y siguió bombardeando Gaza, tras una gira regional del jefe de la diplomacia estadounidense que se saldó sin avances en la búsqueda de una tregua en ese territorio palestino.
El asesinato de Jalil al Maqdah, en un bombardeo en la ciudad libanesa de Sidón, es el primero cometido por Israel desde el inicio de la guerra de Gaza contra un líder de Fatah, el partido del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás.
La formación, encargada de administrar parcialmente Cisjordania (ocupada por Israel desde 1967), afirmó que la muerte de Magdali es “una prueba de que Israel quiere desencadenar una guerra a gran escala en la región”.
Rivales desde hace décadas, Fatah y Hamás compiten por el liderazgo del movimiento palestino y libraron en 2007 un enfrentamiento fratricida que llevó al grupo islamista a tomar el poder en Gaza.
Israel había acusado a Jalil al Maqdah, dirigente de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa –el brazo armado de Fatah–, de trabajar para Irán y estar implicado en “ataques terroristas”.
La operación coincide con las maniobras diplomáticas para cerrar una tregua en Gaza que también ayude a contener una extensión del conflicto a otros países de la región dadas las tensiones entre Israel y movimientos afines a Irán en Líbano, Siria, Yemen o Irak.
Horas después de la marcha de su jefe de la diplomacia de la región, el presidente estadounidense, Joe Biden, llamó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y le “recalcó la urgencia de cerrar el acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes”.
Desde su estallido el 7 de octubre con el mortífero ataque de Hamás contra Israel, la guerra se ha cobrado decenas de miles de vidas en Gaza, donde unos 2,4 millones de personas están sumidas en una situación humanitaria catastrófica.
También ha elevado las tensiones regionales, con intercambio de disparos casi a diario entre Israel y el movimiento islamista libanés Hezbolá en la frontera entre ambos países.
En las últimas 24 horas, las autoridades libanesas reportaron al menos seis muertos en bombardeos israelíes, mientras que el ejército del Estado hebreo informó de un centenar de proyectiles lanzados por Hezbolá contra su territorio.
“Israel responderá con fuerza a la incesante agresión” de Hezbolá, advirtió el portavoz del gobierno israelí, David Mencer. “Líbano será responsabilizado del terrorismo procedente de su territorio, controle o no a Hezbolá”, agregó.
– Blinken: la “última oportunidad” –
La novena gira regional desde el inicio de la guerra del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, terminó sin avances significativos.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos aseguró que la última propuesta planteada en estas negociaciones indirectas puede ser “la última oportunidad” para alcanzar una tregua.
El diplomático aseguró que Netanyahu aceptó el plan y pidió hacer lo mismo a Hamás, que rechaza las “nuevas condiciones” impuestas por Israel.
El movimiento palestino exige la aplicación del plan anunciado el 31 de mayo por Biden, que contempla una tregua de seis semanas junto a un retiro israelí de las zonas densamente pobladas de Gaza, así como la liberación de rehenes secuestrados por Hamás el 7 de octubre.
En una segunda fase prevé un retiro total israelí del territorio palestino.
De parte de Israel, Netanyahu aboga por continuar la guerra hasta lograr la destrucción total de Hamás y, según medios israelíes, también insiste en conservar el control del corredor Filadelfia, una franja de 14 km a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto.
Se espera que esta semana se celebren en Egipto nuevas conversaciones entre Israel y los mediadores –Estados Unidos, Catar y Egipto–, tras las conversaciones de la semana pasada en Doha.
– “No podía respirar” –
La guerra estalló el 7 de octubre cuando combatientes islamistas lanzaron un ataque en el que mataron a 1.199 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, según un balance de la AFP basado en datos oficiales israelíes.
También tomaron a 251 rehenes, 105 de los cuales continúan en Gaza, incluidos 34 que el ejército declaró muertos.
Por primera vez desde ese día, un alto cargo israelí, el exjefe de la inteligencia militar Aharon Haliva, pidió “perdón” por no haber podido prever y evitar ese ataque.
Es un “día amargo y oscuro que cargo en mi corazón, mi conciencia y mis espaldas cada día y cada noche”, dijo el general.
Tras el ataque, Israel lanzó una ofensiva militar contra Gaza que ha dejado al menos 40.223 muertos, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, que no detalla cuántos son civiles o combatientes. Según la ONU, la mayoría son mujeres y menores.
La Defensa Civil del territorio palestino indicó el miércoles que al menos 27 personas fallecieron durante la jornada por bombardeos israelíes, tres de ellos en una escuela que albergaba desplazados en Ciudad de Gaza.
Israel acusó a Hamás de ocultar una base en ese centro educativo reconvertido en refugio.
“¿Qué les hemos hecho? ¿Por qué nos atacan? ¡Somos niños! Estábamos durmiendo y me desperté cubierto de escombros. No podía respirar”, se lamentó un niño palestino, tumbado en una camilla tras resultar herido en un ataque israelí en Jabaliya, en el norte.