Conversando sobre dietas y salud, la carne frecuentemente ocupa un lugar central, no solo
por sus implicaciones nutricionales, sino también por la cantidad de mitos que la rodean. Es
por eso que abordaremos algunos de los conceptos erróneos más comunes acerca de
comer carne y sus fundamentos.
Mito 1: La carne es mala para la salud.
Uno de los mitos más extendidos es que consumir carne es perjudicial para la salud. La
realidad es que la carne, cuando se consume en moderación y en su forma menos
procesada, puede ser parte de una dieta equilibrada. La carne es una excelente fuente de
proteínas de alta calidad, vitaminas del complejo B, hierro y zinc. Sin embargo, el problema
surge con el consumo excesivo y la preferencia por carnes procesadas, que están
asociadas con mayores riesgos de enfermedades cardíacas y cáncer.
Mito 2: Comer carne contribuye significativamente al cambio climático.
Aunque es cierto que la producción de carne tiene un impacto ambiental, este no es un
fenómeno exclusivo de este alimento. La ganadería, especialmente la de rumiantes como
las vacas, emite grandes cantidades de metano, un gas de efecto invernadero. Sin
embargo, el impacto ambiental varía según el tipo de carne, las prácticas de producción y la
región. Adoptar prácticas de ganadería sostenible y reducir el desperdicio de alimentos
puede mitigar estos efectos. Además, comparar el impacto de la carne con otros alimentos y
sectores no es nada comparable con las otras industrias.
Mito 3: La carne roja causa cáncer.
La relación entre carne roja y cáncer es compleja. Los estudios sugieren que el consumo
elevado de carnes rojas y procesadas puede estar asociado con un mayor riesgo de ciertos
tipos de cáncer, como el colorectal. Sin embargo, esto no significa que la carne roja sea la
causa directa del cáncer, sino que el riesgo aumenta con el consumo excesivo. Optar por
carnes magras y preparar las comidas de manera saludable puede reducir estos riesgos.
Mito 4: No se puede obtener suficiente proteína sin carne.
Un mito común es que las personas necesitan carne para obtener proteínas suficientes. Si
bien la carne es una fuente completa de proteínas, no es la única. Existen múltiples fuentes
vegetales de proteínas, como legumbres, nueces, semillas y productos de soja, que pueden
satisfacer las necesidades proteicas cuando se combinan adecuadamente. Las dietas
vegetarianas y veganas bien planificadas pueden proporcionar todos los aminoácidos
esenciales necesarios para una salud óptima.
Mito 5: La carne engorda más que otros alimentos.
El concepto de que la carne engorda más que otros alimentos es simplista. El aumento de
peso está relacionado con el balance energético: consumir más calorías de las que se
queman resulta en ganancia de peso, independientemente de la fuente de esas calorías. La
clave está en la moderación y en la elección de cortes magros, así como en equilibrar la
dieta con vegetales, frutas y granos enteros.
Resumiendo, la carne en sí misma no es inherentemente mala, pero su impacto en la salud
y el medio ambiente depende de cómo se produce, se procesa y se consume. Abordar los
mitos con información basada en evidencia nos permite tomar decisiones más informadas
sobre nuestras dietas y contribuye a una conversación más equilibrada sobre el papel de los
alimentos en nuestras vidas. Y como siempre digo: recuerda que lo natural siempre es
mejor.