Esta semana, luego de entregar la condecoración a nuestros medallistas y atletas olímpicos, el Congreso de la República, en una nueva sesión, conoció la ampliación presupuestaria por segunda ocasión. Por supuesto, se trata de una nueva iniciativa a la cual se le hicieron cambios.
Dicha iniciativa se presentó en cuestión de 48 horas y, a su vez, pasó todos los trámites necesarios en tiempo récord. En esta ocasión, hubo más discusión.
Los bloques de oposición expresaron nuevamente su desacuerdo con la misma y, además, afirmaron que se presentarían recursos legales. Así que tocará ver qué dirá nuevamente la honorable CC. Imagínense ustedes, catorce mil millones que servirán, según el gobierno, para hacer obras. Mi pregunta es, ¿no había ya dinero? ¿A qué se debe la baja ejecución? ¿Con este dinero sí van a ejecutar? ¿Será para pagar favores de campaña? Como guatemaltecos, debemos estar muy atentos, ya que estos son recursos de cada uno de nosotros y debemos cuidarlos, pero sobre todo fiscalizarlos.
Guatemala no aguanta más años de improvisación. Veremos si realmente estos catorce mil millones se invertirán en obras y desarrollo del país o será uno más de los desastres a los que hemos estado acostumbrados a ver últimamente. En mi opinión, por el bien de Guatemala, espero que sean bien invertidos (claro, si la CC no otorga algún amparo que suspenda la iniciativa) y que sean invertidos en la infraestructura que necesita el país, la paz y la seguridad de las familias guatemaltecas, la salud que tanto se necesita, entre muchas cosas más y no para sus agendas ideológicas. Debemos entender que esta ampliación presupuestaria significa más dinero del que ya había sido autorizado previamente en el presupuesto nacional y que estando a escasos meses de que finalice el año la ejecución ha sido demasiado baja en comparación con años anteriores. Por dar un ejemplo, allí tenemos el caso de una de las rutas principales del país, la pista Palín Escuintla, la cual se dañó y tuvimos que esperar varios meses para su reparación, pero sorpresa, nos entregaron un trabajo muy mal hecho, pero sobre todo riesgoso para los que transitan por allí a diario, generando pérdidas millonarias en la industria guatemalteca. Veremos qué pasa en los siguientes días, todo sea por el bien de nuestra querida Guatemala.
