La última encuesta de la consultora CID-Gallup ha desatado controversia, ya que el gobierno ha decidido no hacer públicos sus resultados. Las cifras de aprobación del presidente Bernardo Arévalo, sin embargo, no se pueden esconder: con solo un 32% de respaldo y un 68% de rechazo, el panorama se torna sombrío para el mandatario. Entre descontento popular y problemas económicos, el apoyo a Arévalo se desploma rápidamente.
En septiembre, la consultora CID-Gallup realizó su habitual encuesta de opinión en Guatemala para evaluar el desempeño del presidente Bernardo Arévalo. No obstante, en un giro inesperado, los resultados de este estudio no se han hecho públicos. Fuentes internas han revelado que la aprobación de Arévalo se ha desplomado a un preocupante 32%, mientras que el rechazo alcanza el 68%, cifras críticas para un presidente que apenas lleva 10 meses en el cargo.
El descenso de Arévalo ha sido significativo. En enero de este año, cuando CID-Gallup publicó su primera encuesta, el mandatario gozaba de una aprobación del 78%. Para junio, esa cifra cayó a 54%, y ahora, la pérdida de apoyo popular se ha acentuado. Carlos Barreda, diputado del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) por VOS, asegura que estas cifras ya han sido presentadas al propio presidente, confirmando que el apoyo al mandatario continúa en picada.
En su intervención ante los medios, el secretario de Comunicación de la Presidencia, Santiago Palomo, evitó abordar la encuesta, afirmando que “hemos visto muchos estudios” sin confirmar detalles específicos. La falta de transparencia del gobierno respecto a estos resultados ha aumentado la especulación, especialmente porque el estudio, presuntamente financiado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ha sido desmentido por Héctor Morales, representante de la ONU en Guatemala.
Para Barreda, la situación es clara: “Arévalo enfrenta problemas similares a los de un gobierno en su último año. La crisis económica, el incremento de la Canasta Básica, y las deficiencias en infraestructura y salud pública agravan su situación”. Esta caída en popularidad se ha visto reforzada por estudios paralelos, como el de la firma Diestra, que concluye que solo el 15% de los encuestados considera que Arévalo está haciendo un buen trabajo, mientras que el 58% lo evalúa como regular y un 27% como malo.
Con un rechazo de más del 68%, el panorama para el presidente Arévalo se presenta desafiante. La falta de transparencia sobre los resultados de la encuesta y los problemas económicos y sociales persistentes indican que solo un cambio drástico podría restaurar la confianza en su liderazgo. Sin un plan concreto para enfrentar la crisis y con una percepción pública en declive, Arévalo se enfrenta a una etapa crítica de su gobierno, con pocas señales de recuperación a la vista.
