El gobierno de Bernardo Arévalo quedó al descubierto tras admitir que la supuesta entrega de fertilizantes a pequeños agricultores en Sololá, ampliamente publicitada como un logro de su gestión, fue únicamente un acto simbólico. La población y los agricultores afectados han calificado la acción como una burla, dejando en evidencia serias irregularidades en la ejecución del programa “Bono Campesino”.
Polémica en el Gobierno
La polémica inició luego de que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) anunciara que se habían entregado más de 50 mil quintales de fertilizantes a 25 mil agricultores en Sololá, durante un evento encabezado por el presidente Bernardo Arévalo. Sin embargo, la realidad salió a la luz tras una serie de cuestionamientos realizados por diputados y medios de comunicación.
En una citación del Congreso, el diputado Luis Rodríguez, de la bancada VAMOS, denunció que la entrega no fue real, sino un acto simbólico para generar propaganda política. Durante su intervención, el legislador expuso que los insumos aún no han llegado a los agricultores y que las compras se realizaron a empresas no especializadas, como proveedores de café y equipo de cómputo.
“Este tipo de actos son una falta de respeto hacia los pequeños agricultores que dependen de este insumo para su sustento,” declaró Rodríguez.
En una conferencia de prensa, el propio presidente Arévalo confirmó que el evento realizado en el caserío Santa María, aldea El Tablón, fue únicamente una entrega simbólica. “Fue un acto oficial para simbolizar el inicio del programa”, reconoció, contradiciendo lo afirmado en la nota oficial publicada por el MAGA.
Además, el Ministerio emitió una fe de erratas, aclarando que los fertilizantes aún no han sido distribuidos y que la entrega está programada para los próximos días, lo que generó más dudas sobre la transparencia y la organización del programa.
Impacto en los Agricultores
La demora y las irregularidades en la entrega de fertilizantes afectan directamente a miles de pequeños agricultores que dependen de este recurso para garantizar sus cosechas. La falta de transparencia y la compra a proveedores no especializados generan incertidumbre sobre la eficacia del programa “Bono Campesino”.
Mientras el gobierno trata de justificar sus acciones, los agricultores afectados enfrentan un retraso crítico en la obtención de fertilizantes, lo que pone en riesgo la producción y el sustento de miles de familias.