Todos deseamos salud y bienestar tanto físico como mental, pero algunas veces no le
ponemos la debida importancia a cosas simples, pero a veces difíciles por el corre y corre de
nuestro diario vivir. Aquí te presento algunos consejos prácticos que puedes incorporar
fácilmente en tu día a día para mantener ese equilibrio y la buena salud:
Nutrición: Hay un dicho famoso que dice que uno es lo que uno come y es muy cierto. La
base de una buena salud comienza en tu plato. Prioriza alimentos frescos y naturales, ricos
en vitaminas, minerales y fibra. Trata de eliminar el consumo de alimentos procesados y
azúcares refinados, estos productos causan inflamación y esto a su vez nos enferma, opta
por opciones más saludables como las proteínas y grasas animales, come verduras sobre
todo verdes, las frutas son buenas pero recuerda que algunas están cargadas de fructosa
por tanto es recomendable un consumo moderado, incorpora legumbres como lentejas,
frijoles y garbanzos por ejemplo y aléjate de la comida rápida, esa no es comida eso es
veneno para nuestra salud, recuerda entre más natural más sano.
Actividad Física: El ejercicio es necesario para fortalecer tu cuerpo, pero también la mente.
Realiza al menos 30 minutos de actividad física, si es posible diariamente. No tiene que ser
extenúa, caminar, correr, nadar, o cualquier otra actividad que disfrutes, mejor si es al aire
libre como ejercicio cardiovascular y recuerda que después de cierta edad se va perdiendo
masa muscular, por lo cual el ejercicio de fortalecimiento es muy importante, puedes hacer
pilates, yoga o algo de pesas, lo que tú disfrutes, ten en cuenta que tus huesos y
articulaciones también te lo van a agradecer.
Descanso y Sueño: Descansar y dormir bien es crucial para la recuperación y la salud
mental. Trata de mantener un horario regular de sueño, asegúrate de dormir por lo menos 7
horas por noche sobre todo si es en horario entre 10:00 pm y 6:00 am es el sueño más
reparador, en la noche mientras duermes tu cuerpo se desintoxica, así que durmiendo bien
mantendrás un cuerpo sano.
Hidratación: Mantenerse bien hidratado es esencial para el funcionamiento óptimo del
cuerpo, ajusta la cantidad según tu nivel de actividad física y clima. Aléjate de las bebidas
enlatadas o embotelladas como jugos que dicen ser naturales y gaseosas inclusive las de
dieta eso es basura. Y si quieres algún sabor a tu bebida añade limón o jamaica por
ejemplo, hay tantas opciones saludables que puedes ir incorporando como los jugos de piña
hechos en casa, té verde, etc.
Estrés y socialización: El estrés tiene un impacto negativo en la salud. Aprende técnicas
de manejo de estrés o simplemente dedica tiempo a actividades que disfrutes y te relajen,
tómate vacaciones, viaja, disfruta de tus amigos y familia. Mantener relaciones sociales
positivas y significativas puede mejorar tu bienestar emocional y mental, rodéate de gente
que te aporte y te haga sentir bien. Haz lo que más te gusta hacer, diviértete.
Actitud: Finalmente, cultiva una actitud positiva hacia la vida. La forma en que percibes y
enfrentas los contratiempos puede tener un impacto significativo en tu bienestar general.
Todo los días nos enfrentamos a problemas y desafíos, pero todo dependerá también de la
manera como se afrontan, recuerda que todo depende de tu actitud y al final los problemas
siempre tienen remedio y si no lo tienen no pasa nada, hay cosas en esta vida que no
pasan por casualidad siempre hay una razón de ser.
Investiga y aprende sobre salud y cómo cuidarte mejor. Conocer tu cuerpo y sus
necesidades te ayudará a tomar mejores decisiones y hábitos, no todos los cuerpos
reaccionan de la misma manera, enfócate en ti y lo que te da más bienestar y quiérete.
Mantente enfocado, que los pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia en tu
bienestar a largo plazo. Tu salud debe de ser tu prioridad.