Buenos Aires, Argentina – En una decisión sin precedentes, el presidente argentino Javier Milei ha anunciado que Argentina no designará embajadores en Cuba, Nicaragua y Venezuela. Esta medida representa un claro giro en la política exterior de la nación y un alejamiento explícito de las dictaduras que gobiernan estos países.
La decisión de Milei tiene implicaciones significativas tanto para las relaciones internacionales de Argentina como para el escenario geopolítico más amplio. Según Infobae, el impacto de esta medida se sentirá en organismos internacionales como las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA), donde anteriormente la administración de Alberto Fernández se alineaba con estos regímenes autoritarios.
El cambio en la política exterior de Argentina también afectará sus relaciones con otros países latinoamericanos como Brasil, Colombia y México. Bajo la presidencia de Fernández, Argentina mantenía una postura más cercana a estos regímenes, situación que ahora cambia radicalmente con Milei. El presidente argentino ha mostrado su apoyo a la oposición en Venezuela y ha condenado a Cuba en foros internacionales de derechos humanos, siguiendo instrucciones presidenciales dadas a la canciller Diana Mondino.
Esta decisión marca un contraste significativo con el enfoque del gobierno anterior. Fernández había designado embajadores en estos países, quienes a menudo mantenían un perfil bajo o se involucraban en situaciones geopolíticas controvertidas. La primera señal de este cambio de rumbo se dio durante la ceremonia de asunción de Milei, donde líderes como Miguel Díaz-Canel, Daniel Ortega y Nicolás Maduro no fueron invitados.
La respuesta a esta decisión no se ha hecho esperar. El gobierno de Nicaragua, liderado por Daniel Ortega, retiró a su embajador en Argentina, en una clara réplica a la postura de Milei. Sin embargo, aún no está claro si Venezuela y Cuba seguirán una estrategia similar. La Cancillería cubana, conocida por mantener sus relaciones diplomáticas incluso en contextos adversos, probablemente mantendrá su embajador en Buenos Aires.
En el contexto de la ONU y la OEA, esta decisión argentina podría influir en cómo estos países defienden sus sistemas autoritarios y enfrentan las acusaciones de violaciones a los derechos humanos.
